El método
En post anteriores hablamos acerca de la mediación a través de la bioética en la que introdujimos el concepto y su aplicación en la mediación sanitaria. En este post te contamos acerca del resultado, metodología y principios éticos básicos.
El método lo entendemos como el procedimiento de toma de decisiones ante una diversidad de conflictos morales que tienen que ver con la vida en un sentido amplio. La deliberación es la capacidad y actitud guiada de alumbrar la mejor solución ante un conflicto de valores.
El resultado
El resultado de este proceso de deliberación prudente y responsable será el respeto de las normas, los valores, y los principios.
La metodología
La metodología en rasgos generales a utilizar para deliberar sobre un caso práctico propuesto es la siguiente:
- En primer lugar, realizaremos la deliberación sobre los hechos que acontecen, un resumen de lo ocurrido y las aclaraciones pertinentes que necesite el comité para clarificar los hechos.
- Posteriormente, realizaremos una deliberación sobre los valores, identificando los problemas “morales” implicados. Se identificarán los valores que entran en conflicto intentando dañar lo menos posible. Seguidamente se procede a la identificación de deberes, dónde se identifican los cursos de acción extremos, los cursos de acción intermedios y el curso óptimo de acción. Finalmente deliberamos sobre las responsabilidades finales, donde se aborda la legalidad, el tiempo y la publicidad, para llegar a una conclusión y poder emitir las recomendaciones en consenso.
Para hablaros sobre los cuatro principios de la Bioética es necesario hacer referencia al informe Belmont. Lo que viene a decir dicho informe es que un sistema de reglas morales, como el del Código de Nüremberg o de la Declaración de Helsinki, es insuficiente para analizar los problemas éticos de la investigación, y que es necesario un conjunto de principios establecidos “a un nivel de generalización tal que pueda servir de ayuda a científicos, sujetos de experimentación, evaluadores y ciudadanos interesados en comprender los conceptos éticos inherentes a la investigación con seres humanos”.
Principios éticos básicos
Principio de No-Maleficencia:
Este principio trata de evitar el daño físico, psíquico o moral a las personas. Para ellos debe evitarse realizarles intervenciones diagnósticas o terapéuticas incorrectas o contraindicadas desde el punto de vista científico-técnico y clínico, inseguras o sin evidencia suficiente, y proteger su integridad y su intimidad. Los valores son: la seguridad, eficacia y efectividad, calidad científico-técnica, prevención de la enfermedad, protección de la salud y de la intimidad y confidencialidad.
Principio de Justicia:
Consiste en procurar el reparto equitativo de los beneficios y las cargas, facilitando un acceso no discriminatorio, adecuado y suficiente de las personas a los recursos disponibles, y un uso eficiente de los mismos. Los valores, son: No discriminación, igualdad de oportunidades, equidad en la distribución de recursos, equidad intergeneracional, enfoque de género, enfoque multicultural, atención preferente a la vulnerabilidad, transparencia, responsabilidad social corporativa y eficiencia.
Principio de Autonomía:
En este principio debe respetarse que las personas gestionen su propia vida y tomen decisiones respecto a su salud y su enfermedad. Los valores son: información, participación en la toma de decisiones y consentimiento informado.
Principio de Beneficencia:
En este principio se debe promocionar el bienestar de las personas, procurando que realicen su propio proyecto de vida y felicidad en la medida de lo posible. Los valores, son: Promoción de una salud integral, cuidado, comunicación, trato personalizado, promoción de la ayuda mutua en salud y empatía.
Estos cuatro principios son, en principio, vinculantes al mismo nivel, debemos respetarlos y optimizarlos en todo momento, aunque en ocasiones es complicado respetar los cuatro principios y nos vemos obligados a jerarquizarlos, priorizando unos en detrimento de otros.
Los principios éticos de autonomía, no-maleficencia y justicia han pasado, a configurarse ya como principios también jurídicos, podemos verlo en el artículo 5 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias.
Bibliografía:
Informe Belmont, 18 de abril de 1979.
“Ética y derecho al final de la vida”, Pablo Simón.
Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias.