Entrevista a Luis López Lainez, mediador civil y mercantil.

 

Luis López Lainez es mediador civil y mercantil de vocación. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Cádiz, desde siempre tuvo un espíritu creativo y emprendedor, que junto con su curiosidad y preocupación por la parte humana de las empresas le llevó a dedicarse profesionalmente al ámbito de la mediación. Actualmente también es el responsable de Mediación Cádiz

 

¿En qué momento decidió emprender su camino como mediador y qué fue lo que le animó a ello?

L: Hace varios años llegó a mis manos un curso para formarme como mediador civil y mercantil. En aquel momento desconocía lo que era pero me pareció, por el programa del curso, que podía ser algo interesante. Hacer ese curso me ha cambiado la vida en cierta manera, descubrí algo que despertó en mí una gran pasión, el deseo de ayudar a los demás a resolver sus problemas y hacerlo de una forma colaborativa y en la que todos busquen la mejor solución.

Teniendo en cuenta que las habilidades psicológicas son importantes en un proceso de mediación, ¿diría que el buen mediador nace o se hace?

L: Bajo mi punto de vista el mediador se hace. Son muchas las habilidades que debe tener el mediador para entender lo que se dice y no se dice en cada momento, pero sobre todo para interpretar y conectar con el estado emocional de cada una de las partes y acompañarlos durante todo el proceso hasta alcanzar el acuerdo. Pero la mayoría de las habilidades como la escucha activa, la asertividad, la inteligencia emocional, empatía, comunicación verbal y no verbal, son habilidades que se van adquiriendo y desarrollando con el estudio y la práctica. Por lo que toda persona con ganas de ser mediador puede ir trabajando y desarrollando estas habilidades que le permitirán conectar perfectamente con cada una de las partes y ayudarlas a empatizar entre ellas y retomar el diálogo.

Según su experiencia laboral, ¿cuáles son los conflictos más frecuentes en el ámbito civil y mercantil en los que ha intervenido como mediador?

L: Fundamentalmente trabajo el ámbito mercantil, soy economista de formación y durante más de 15 años he trabajado en el ámbito de las empresas, tanto gran empresa, empresa familiar y emprendimiento. En todas las empresas surgen conflictos que pueden ser solucionados con el diálogo a través de mediación pero si es verdad que donde estos conflictos pueden suponer un mayor peligro para las empresas es en las empresas familiares, así como en los proyectos de emprendimiento donde las diferencias entre socios en muchas ocasiones acaban con una muerte prematura de sus empresas.

 ¿Qué tipos de empresas son las que más beneficios podrían obtener de la mediación empresarial y por qué?

L: En todas las empresas y organizaciones surgen conflictos o hay conflictos latentes que pueden impedir el correcto desarrollo de las mismas, ya sean problemas internos o externos, por lo que cualquier empresa se puede beneficiar de las ventajas de la mediación empresarial, si bien, donde es en las empresas familiares, en los emprendedores, las cooperativas y en la modalidad de franquicia donde esos conflictos pueden llegar a tener una mayor relevancia y son las empresas que más beneficios puedan verle a la mediación empresarial.

¿Existe alguna diferencia entre un acuerdo alcanzado a través de la mediación y una sentencia judicial?

L: En cuanto al carácter ejecutivo del documento ambos son iguales, es decir, un acuerdo alcanzado por mediación y elevado a público tiene la misma fuerza ejecutiva que la sentencia de un juez, pero con la ventaja numerosas ventajas. Por un lado el tiempo, el proceso de mediación no suele llegar a los dos meses cuando el sistema judicial está tardando unos 2 – 3 años en dictar sentencia por lo mercantil ¿realmente tienen las empresas tanto tiempo para resolver sus problemas? por otro lado no hablemos de los costes económicos que supone un proceso judicial, así como los costes emocionales que hacen que las empresas se queden prácticamente paralizadas cada vez que hay que preparar una documentación judicial o acudir a sala. Y por último el coste de las relaciones, ya que, cuando dos partes se demandan judicialmente es muy difícil que vuelvan a tener algún tipo de relación en su vida, cuando, si negocian el acuerdo por mediación, lo más probable es que mantengan la relación o incluso salga reforzada.

 ¿Cree que, tanto en materia legislativa como en la práctica, la mediación en España avanza en la dirección correcta?

L: Si, soy optimista y pienso que poco a poco la mediación en España está avanzando. Si es verdad que aún queda mucho camino por hacer, tenemos por delante una importante tarea de difusión para dar a conocer a las empresas las ventajas de la mediación para resolver los conflictos. También tenemos que realizar una importante labor de formación de líderes y responsables de equipos en habilidades para entender y prevenir los conflictos. Solo desde la formación se podrá, no solo prevenir los problemas, sino que cuando éstos tomen una dimensión peligrosa saber acudir a un proceso de mediación para negociar el acuerdo y buscar la mejor solución para todas las partes.

¿Qué es lo que más le gusta de su profesión como mediador?

L: Lo que más me gusta es ayudar a las personas a darse cuenta del increíble potencial que tienen dentro para el diálogo, para la empatía y para descubrir formas nuevas y creativas para resolver problemas en los que durante mucho tiempo han estado muy posicionados y atascados sin ser capaces de verles una salida viable. También me encanta mi faceta de formador, ayudando a las personas a comprender la dimensión del conflicto y a desarrollar habilidades necesarias para ir cambiando la forma de hablar, de escuchar y de actuar con los demás, siendo más asertivos y ayudando a la prevención e identificación de los problemas antes de que sean conflictos de difícil solución.

 

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