La Violencia contra las Mujeres está presente en todos los países, traspasando las fronteras de la edad, la formación, el nivel económico, la religión o la raza. Según Naciones Unidas, se trata de un problema de proporciones pandémicas, ya que según datos estudio sobre violencia de genero realizado por INJUVE, se estima que al menos una de cada tres mujeres del mundo ha sido golpeada, forzada a tener relaciones sexuales, o ha sufrido abusos de algún otro modo por un compañero sentimental en el transcurso de su vida.
En cuanto a los jóvenes no se mantienen ajenos a este fenómeno, siendo la violencia de control una de las formas más prevalentes de violencia de género en esta franja de edad. Según el Barómetro de 2021 del Centro Reina Sofía, un 18,1% de chicos adolescentes reconoce que es normal mirar el móvil de la pareja, frente al 12,7% de ellas. Y tres de cada diez chicos consideran que una pareja necesariamente limita tu libertad y normalizan la presencia de celos como prueba de amor (28% entre ellos, 15% entre ellas). Según este mismo estudios, uno de cada cinco chicos jóvenes (entre 15 y 29 años) cree que la violencia de género es un invento ideológico y uno de cada cuatro cree que el feminismo busca perjudicarle.
Uno de los aspectos claves para conseguir luchar eficazmente contra la VG es aumentar el grado de implicación de la sociedad, su nivel de conocimiento, sensibilidad y concienciación en torno al problema que implica la VG. Las actuaciones emprendidas en España en esta línea son varias. Para conseguir estos objetivos, el primer gran paso fue la aprobación en 2004 de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (Ley Integral). Asimismo, en el año 2008 y en cumplimiento con lo previsto en la Ley integral se elabora y se crea el Plan Nacional de Sensibilización y Prevención de la Violencia de Género.
Como profesionales que intervienen con menores, debemos conocer, detectar y tener las competencias necesarias para intervenir sobre casos de Violencia de Género. A continuación citamos algunas de las señales que nos pueden hacer saltar la alarma sobre una situación de violencia de género en una chica adolescente:
- Se aleja de sus antiguas amistades. Deja de ver a sus amigos de siempre y empieza a salir con otra gente.
- Conversa poco de sus problemas emocionales.
- Duda de sus propios sentimientos y de su juicio. Cree valer poco o nada. Se siente mal respecto a sí misma, se infravalora.
- Se siente agradecida (de forma poco natural) cuando su novio es respetuoso. Aunque no esté de acuerdo, acepta sus decisiones. Pierde la voluntad.
- Ignora sus propias necesidades a favor de las del otro. Incluso sacrifica su propia independencia por el deseo de recibir amor.
- No sabe si desea finalizar la relación o continuar con ella.
- Baja su rendimiento escolar o laboral. Le cuesta trabajo concentrarse en sus actividades (antes no le sucedía). Se muestra muy distraída.
- Tiene problemas de salud. Se altera su apetito (come más o está inapetente). Su ritmo de sueño se modifica (duerme muy poco o demasiado).
- Tiene miedo de que su pareja se enfade. Está continuamente en contacto con él a través de móvil o redes sociales, lo que le impide concentrarse en lo que esté haciendo en ese momento ya sea tareas escolares, ver una película, hacer alguna tarea doméstica o mantener una conversación.
- No acepta comentarios u opiniones acerca de su pareja o de su “nuevo estilo de vida”. Se muestra irascible con sus maestros, compañeros de clase o amigas y amigos.
- Se muestra irascible con la familia. Reacciona de malas formas por cosas sin importancia. Plantea problemas para ir de vacaciones o pasar fines de semana fuera si él no la acompaña.
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