La responsabilidad: Elemento esencial del conflicto

1. Punto de partida

Cada vez que un mediador profesional inicia un nuevo caso se encuentra una situación común, ¿de quién es la responsabilidad de que haya nacido este problema? Este es el planteamiento de salida de nuestros clientes con frases del tipo “lo que pido es lo normal” “no tiene sentido lo que plantea la otra parte” o “yo no he hecho nada”. Este punto de partida es normal y, sobre todo, necesario para que el mediador tenga tela que cortar y afronte su trabajo de gestión del problema con la definición de la posición de las partes.

2. Recogida de información

El profesional debe construir el proyecto de mediación validando las aportaciones de las partes y, con especial énfasis, extrayendo los elementos comunes que en ambas historias las partes coincidan para ir poco a poco, agendando los elementos de conflicto que afectan al nacimiento del problema. Con ello el mediador no construye su trabajo sobre responsabilidades, sino que lo hace sobre posiciones, sin entrar a valorar quien causó la situación o por qué se llegó a ella. Esta cuestión es esencial en el entrenamiento de mediadores pues una mediación basada en responsabilidades terminará muy probablemente en una situación de desequilibrio inter-partes que propicie un acuerdo poco duradero.

Dicho lo anterior, podríamos examinar de que herramientas se puede valer el mediador para trabajar bajo el prisma de este enfoque y para ello, jugarán un papel muy importante tanto las preguntas como las técnicas de reformulación del mensaje por parte del profesional que no puede caer en el error de culpabilizar a las partes. Preguntas como “por qué” “quién empezó” o preguntas de valoración pueden provocar que el discurso de las partes no vaya en la dirección adecuada.

De igual forma, el mediador debe estar atento y actuar de manera consciente cada vez que intervenga en las conversaciones de mediación sabiendo que sus palabras están siendo evaluadas por nuestros clientes.

3. Consejos para actuar

  • Utilizar el léxico de los clientes
  • Apoyar los resúmenes en soportes gráficos
  • Confirmar con los mediados la información recibida por el mediador
  • Incluir elementos sustantivos y relacionales

Como conclusión a esta breve reflexión, debemos proponer un modelo de preguntas dinámicas con base en el resultado del trabajo de gestión del conflicto y no en el origen del conflicto, dando fuerza a la meta de la mediación.

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