Para ejercer como profesional de la mediación no sólo es importante la formación especializada en gestión eficaz de conflictos, impartida por centros de formación homologados, siguiendo los aspectos que establece la ley 5/2012 de 6 de julio de mediación en asuntos civiles y mercantiles, sino que además hay que realizar formación continua.
La formación que se solicita es de carácter quinquenal y debe contar con al menos 20 horas de duración eminentemente práctica, siguiendo lo que se indica en el Reglamento del Real Decreto 980/2013, de 13 de diciembre, por el que se desarrollan determinados aspectos de la ley 5/2012 de 6 de julio anteriormente citada.
Concretamente en su artículo 6. Formación continua de los mediadores, se recoge:
“Los mediadores deberán realizar una o varias actividades de formación continua en materia de mediación, de carácter eminentemente práctico, al menos cada cinco años, las cuales tendrán una duración total mínima de 20 horas.
La realización de cursos de especialización en algún ámbito de la mediación permitirá cumplir el requisito de la formación continua del mediador”.
La formación continua tiene sentido porque hay gran parte de las personas que se forman para ser mediadoras y mediadores, que no realizan procesos de mediación de forma constante, debido a que se dedican a otra labor profesional como principal.
La profesión de origen es, en muchas ocasiones, el medio de sustento de quien se forma en mediación, por lo que no hay una práctica continua y se pierden habilidades, recursos y soltura a la hora de afrontar un caso. Es por ello que tiene sentido realizar formación continua con el fin de recordar aspectos importantes y mantenerse actualizados.
La profesión, a pesar de tener ya un recorrido, aún sigue siendo joven, y eso hace que a nivel de regulación legal sigan incorporándose aspectos relacionados con la mediación y en general con los distintos sistemas de gestión eficaz de conflictos, en la normativa y reglamentos locales, autonómicos y estatales.
Las ventajas de realizar formación continua son varias, ni que decir tiene, que contar con conocimientos actualizados a nivel práctico supone una mayor calidad en la intervención.
Además, aporta la posibilidad de renovar la inscripción en registros oficiales, tanto en el registro estatal de mediación como en los autonómicos.
Es conocida la existencia de registros en los que las personas formadas en mediación pueden inscribirse. En ocasiones, cuando una persona decide recurrir a mediación para gestionar sus conflictos o bien es derivada a este servicio, realmente desconoce quién se dedica a realizar estos procesos. Es habitual que la ciudadanía acuda a los registros de personas mediadoras para localizar profesionales que guíen su proceso. Por este motivo es importante inscribirse en los registros oficiales, siendo además el estatal telemático y sencillo en su gestión.
El registro estatal permite renovar la inscripción con cualquier formación práctica sobre mediación, sin embargo, los registros autonómicos, que son en su mayoría de mediación familiar, precisan que los contenidos de la formación continua sean específicos sobre mediación familiar o aspectos relacionados con infancia y familia.
Otra ventaja es mantener actualizados los conocimientos relativos a la labor mediadora, ya que la constante modificación de aspectos relacionados con la profesión en la normativa nacional o autonómica hace que la desactualización sea rápida. Conocer las novedades legales es interesante para quién vaya a dedicarse al ejercicio de la profesión, dado que recogen los preceptos por los que debe regirse su formación y su actuación.
También está la ventaja de practicar a través de la formación continua, ya que la mayoría de profesionales buscan aquello de lo que carecen en sus formaciones especializadas, esta carencia suele estar centrada en la práctica con casos reales o en la simulación de casos para que el alumnado adquiera soltura a la hora de desenvolverse en un proceso de mediación.
En definitiva, la formación continua aporta más garantía de calidad en la actuación de las y los profesionales de la mediación.