21 de enero. Día europeo de la mediación.
Hoy es un día importante para los europeos, hoy celebramos el papel de la mediación en la resolución de conflictos y sobre todo, el protagonismo que la mediación debe tener en el resolución de conflictos; un día en la que se recuerda que desde finales de los años 90 Europa viene apostando por las ADR como mecanismos válidos y sobre todo, que permitan acercar a sus ciudadanos a una justicia de calidad donde sean protagonistas de sus soluciones.
Desde la Recomendación del año 1998 y las posteriores Directivas emitidas por la Comisión Europea, se ha invitado a que los estados miembros fueran introduciendo en sus ordenamientos jurídicos la regulación de estos mecanismos alternativos de resolución de conflictos y con mayor énfasis, de la propia mediación.
Con buen criterio, las instituciones europeas impulsan desde la implementación de normativas y apoyo a la inserción de la mediación en los sistemas tradicionales de resolución de conflictos, dejando atrás ese carácter complementario que se les dio en su nacimiento y consiguiendo que, en muchos estados, la mediación juegue un papel importantísimo en la gestión de conflictos.
Europa celebra hoy, día 21, que la mediación es el camino para que sus ciudadanos participen de manera activa en la resolución de conflictos y sobre todo, que recuperen el control sobre sus problemas con el acompañamiento de profesionales.
¿Cómo interviene la mediación en la resolución de conflictos?
El papel de la mediación resulta fundamental para que se generen espacios sociales en el que los conflictos caduquen, es decir, el mal endémico de la gestión de conflictos a través de los sistemas de justicia es el tiempo, esto es, el tiempo que los conflictos sobreviven al tratamiento institucional. La mediación resulta una respuesta más eficaz por una cuestión práctica y de puesta en marcha de los acuerdos que se alcancen dentro de su paraguas profesional.
Además de la eficiencia en la gestión de conflictos, la mediación ofrece un efecto social inmediato creando una línea de corresponsabilidad entre los protagonistas del sistema de gestión de conflictos y los protagonistas de los conflictos; con ello, el nivel de cumplimiento de los acuerdos alcanzados se potencia notablemente disminuyendo en consonancia la judicialización de los conflictos. Podríamos concluir que trabajando en mediación permitimos que la solución de un conflicto no llegue a la esfera pública y quede dentro de la esfera privada de sus protagonistas.
Porqué estudiar un máster en Mediación
La formación en mediación resulta indispensable: conocer la estructura de trabajo en mediación, diferenciar su ejercicio de otras actividades, estudiar las herramientas de trabajo o practicas las estrategias profesionales son tareas a las que hay que atender desde la formación y desde el entrenamiento. Ser mediador no resulta de la lectura de un simple manual sino que requiere de la interacción con profesionales, el estudio de contenidos concretos y sobre todo, del cambio de chip profesional por parte del mediador.
A través de la formación en mediación el profesional adquiere esa conciencia necesaria para entender que el protagonismo del trabajo es para sus clientes, que debe ser un testigo cualificado del proceso y que su papel es el de dinamizar las reuniones logrando que haya un avance continuo en el proceso. Por tanto, considerar que la mediación constante y continua es parte del ADN del mediador resulta indiscutible.
Desde EIM y su claustro docente nos congratulamos al celebrar el día 21 de enero como el día de la Mediación en Europa apostando por una formación profesional que permita que nuestros estudiantes se lancen a este campo profesional y que celebren cada año que el mejor modo de resolver conflictos es a través del diálogo y del esfuerzo de los protagonistas de ese problema y no de terceros.