En España hay más de 16.000 menores que residen de forma habitual en Centros de protección de menores. Se encuentran en alguno de los 1.219 centros que están repartidos por toda España, divididos en dos tipos: centros ordinarios (1.115) y centros para menores de edad con problemas de conducta (104).
El acogimiento se adopta como medida protectora cuando la entidad pública detecta situaciones de desprotección de un menor, ya sea porque se haya declarado en situación de desamparo, porque lo soliciten los propios padres o tutores ante la imposibilidad de cuidarlo o porque lo acuerde un juez cuando proceda legalmente.
En cuanto a los centros de internamiento de menores que han cometido delitos, en España hay más de 1000 menores cumpliendo medidas judiciales en centros de internamiento que acogen a jóvenes que han cometido delitos o faltas.
¿Regresarán los menores que residen en centros de protección y reforma a sus hogares en navidad?
En ambos casos dependerá de las circunstancias y caso individual de cada menor. Las causas por las que no podrían regresar a casa estos días son diversas.
En el caso de los centros de protección puede ser que las familias residan en otro país, que no dispongan de un lugar adecuado para vivir, que la situación familiar no aconseje la salida o que se trate de menores víctimas de trata o que denunciasen a sus padres por cualquier motivo.
En los de reforma depende del régimen de internamiento. Por ejemplo, los que tienen un régimen cerrado pueden gozar de permisos una vez transcurrido el primer tercio de la medida que la hayan impuesto los tribunales. En el caso de los menores que se encuentran en régimen semiabierto, abierto o terapéutico, los permisos dependerán de la valoración de los profesionales del centro, atendiendo a las posibilidades de quebrantamiento de la medida, la comisión de nuevos hechos delictivos o una repercusión negativa de la salida para el menor.
¿Cómo se vive la navidad en un Centro de Menores?
Para los menores que por cualquier razón han sido separados de sus familias, la época de Navidad es una de las más difíciles del año. Para la mayoría de nosotros, la temporada de vacaciones navideñas es un momento alegre para pasarlo con los amigos y la familia, pero, para ellos, representa la época del año en la que los sentimientos o sensación de soledad puede llegar a su punto máximo.
En los centros de menores los profesionales son conscientes de la realidad que los menores viven en esta época del año, por ello se esfuerzan al máximo para programar actividades que llenen y enriquezcan estos días tan carentes de rutina.
El hecho de que se trate de un periodo no lectivo da la posibilidad de programar actividades lúdicas, que no puedan realizarse en otras épocas del año y el hecho de que las ciudades se llenen de actividades culturales, invita a que los menores puedan participar de ellas.
También se guarda un espacio para las tradiciones, incluyendo a los menores del centro en la decoración del mismo y, dejando un lado el menú, para poder degustar platos y dulces típicos de estas fechas.
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