La educación emocional es de vital importancia en menores y jóvenes.
Dotarles de habilidades y competencias emocionales consiste en enseñarles cómo identificar, expresar y regular sus emociones de manera efectiva, así como cómo comprender las emociones de los demás. A través de la educación emocional, los jóvenes pueden aprender a manejar el estrés, a tomar decisiones saludables y a construir relaciones positivas con los demás.
Según el informe publicado por PROEM, la Red Interdisciplinar para promoción de la Salud Mental y el Bienestar emocional en los Jóvenes “los problemas emocionales en los jóvenes son un problema de salud pública y no sólo por las consecuencias o impacto negativo que suponen sobre la calidad de vida, el bienestar y desarrollo de los propios jóvenes, sino por los costes socio-económicos y sanitarios que ello supone”. Sin embargo, la investigación sobre el diagnóstico y tratamiento de estos trastornos, la promoción de la salud y el bienestar emocional y la prevención de los trastornos mentales aún sigue siendo insuficiente.
¿Por qué es tan importante la educación emocional?
La educación emocional es importante porque las emociones juegan un papel fundamental en la vida de las personas. Cuando los jóvenes no tienen las habilidades para manejar sus emociones, pueden experimentar problemas emocionales y mentales, como ansiedad, depresión y estrés. También pueden tener dificultades para relacionarse con los demás, lo que puede afectar negativamente su vida social y académica. Por el contrario, cuando los jóvenes tienen habilidades emocionales sólidas, pueden experimentar mayores niveles de bienestar emocional, mejorar su autoestima y su capacidad para manejar situaciones difíciles.
¿Cuáles son los programas de educación emocional más importantes?
Existen varios programas de educación emocional conocidos que se utilizan en todo el mundo. Uno de ellos es el programa «RULER» de Yale, que se centra en enseñar a los estudiantes a reconocer, comprender, regular, expresar y utilizar sus emociones de manera efectiva. Este programa se ha utilizado en escuelas de todo el mundo y se ha demostrado que mejora el bienestar emocional de los estudiantes y reduce los problemas emocionales y de conducta.
Otro programa conocido es el «Programa de Inteligencia Emocional» de la Universidad de Chicago, que se centra en enseñar a los estudiantes habilidades para manejar el estrés, las emociones y las relaciones. Este programa ha demostrado ser efectivo para mejorar el bienestar emocional de los estudiantes y para reducir los problemas emocionales y de conducta.
En España, uno de los programas de educa ción emocional más conocidos es el «Programa de Educación Emocional y para la Creatividad» de Rafael Bisquerra, que se centra en enseñar a los estudiantes a reconocer y gestionar sus emociones, a mejorar su autoestima y a desarrollar habilidades sociales. Este programa se ha utilizado en muchas escuelas en España y se ha demostrado que mejora la salud emocional de los estudiantes y su rendimiento académico.
Otro programa utilizado en España es el programa «Sentir y Pensar» de Josep M. Torelló, que se centra en enseñar a los estudiantes a comprender sus emociones, a desarrollar habilidades sociales y a mejorar su autoestima. Este programa se ha utilizado en muchas escuelas en España y se ha demostrado que mejora la salud emocional de los estudiantes y su rendimiento académico.
En conclusión, la educación emocional es importante para el desarrollo de la persona, una persona con inteligencia emocional tiene confianza en sus propias capacidades y mantiene relaciones satisfactorias con los demás, tiene una autoestima alta, se siente motivado a afrontar desafíos y tiene recursos suficientes para solucionar conflictos.
Enseñar a los niños, niñas y jóvenes a gestionar sus emociones, les permite incrementar la percepción de control sobre aquellos que les ocurre y tener una percepción más satisfactoria de su vida.
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