Rafael Catalá, exministro de Justicia y actual presidente del Centro Español de Mediación, insiste en la importancia de una mediación previa como condición para acceder a la vía judicial.
Mediación previa
Este requisito puede ser clave para el impulso de la economía y buen funcionamiento del sistema judicial en momentos como el actual, acentuados por el desarrollo exponencial de la litigiosidad entre particulares y empresas como efecto de la pandemia del Covid-19.
El representante del CEM recalca que la mediación es “la gran apuesta de la Unión Europea para cumplir su objetivo de optimizar el Estado de Derecho y garantizar un mejor acceso a la Administración de Justicia”.
Datos positivos
Los datos no mienten, y es que las empresas que acceden a este instrumento de resolución de conflictos suelen resolver sus disputas en un plazo de aproximadamente 2 meses presentando una tasa de éxito de 80%.
Sin embargo no tantas recurren a este recurso como gustaría, y es que la mediación mercantil y civil sigue siendo un procedimiento minoritario en nuestro país así como en Europa.
“Muchos empresarios desconocen su existencia y, en numerosas ocasiones, la confunden con otras alternativas extrajudiciales, como el arbitraje o la conciliación” afirma Catalá.
Es por ello que el Anteproyecto de Ley de Medidas de Eficiencia Procesal, que contempla la mediación previa junto a otros métodos adecuados de resolución de conflictos (MASC), forma parte del plan del Gobierno para modernizar el sistema judicial y se estima que llegue a las Cortes este año en forma de iniciativa legislativa.