Se acercan las vacaciones, una época que teóricamente se dedica al descanso y el ocio, pero curiosamente en estas fechas es cuando suelen surgir más conflictos.
Cada año hay un repunte de casos de mediación familiar después de las fiestas navideñas y alrededor del verano, son fechas que muchas personas usan para compartir tiempo con la familia extensa y cada miembro de la familia puede tener preferencias y actitudes distintas que pueden llegar a chocar y hacer que salten chispas.
Conflictos generados por la toma de decisiones
La toma de decisiones que esta época conlleva requiere acordar distintos aspectos que pueden generar conflictos en diferentes ámbitos.
Elegir si se viaja o no, acordar el sitio al que ir, optar por uso de complejo hotelero o vivienda de alquiler, decidir si se visita a familiares o amigos, entre otras elecciones pueden generar conflictos que bien pueden solventarse en pocas sesiones de mediación.
Cada persona tiene una forma distinta de emplear el tiempo de ocio, ya que hay quién lo dedica a descansar y hay quién se toma las vacaciones de forma activa para hacer cosas novedosas y visitar otros lugares, esto también tiende a generar conflictos de intereses.
Organización familiar en las vacaciones
Pero donde realmente se encuentran la mayoría de las mediaciones es en la organización familiar que supone tener vacaciones. Los chicos y las chicas acaban las clases en sus centros educativos y suelen tener más tiempo de vacaciones que aquellos días que le pueden corresponder a sus progenitores.
En ocasiones, los padres y madres deciden no hacer coincidir sus vacaciones sino tenerlas consecutivas, de modo que la pareja no pasa tiempo junta y eso también genera un desgaste importante en la relación.
Además, cuando las vacaciones de los progenitores no coinciden, cada uno de ellos tiene que hacerse cargo de ciertas responsabilidades mientras su pareja trabaja y no siempre están dispuestas a asumirlas.
Causas que originan conflictos
Conflictos Intergeneracionales
En ocasiones se delegan responsabilidades en los mayores haciendo que éstos se hagan cargo de los menores por un tiempo hasta que los progenitores puedan acceder a su tiempo de vacaciones.
Es entonces cuando aparecen los conflictos intergeneracionales, ya que la forma de atender a los menores por parte de los abuelos puede diferir de la que sus padres consideran más adecuada.
En mediación se pueden establecer los aspectos que se van a permitir a los hijos e hijas, las responsabilidades que éstos van a asumir con sus abuelos, pero ya que los abuelos están haciendo el esfuerzo de hacerse responsables de los nietos, tampoco es conveniente reprenderlos por su actitud.
Conflictos por diferencias en los gustos
En otros casos la familia completa puede pasar las vacaciones junta, algo que inicialmente puede parecer beneficioso, pero en estas situaciones puede ser difícil conciliar lo que quieren hacer los menores con las preferencias de los adultos y más aún si entre los adultos hay padres y abuelos con distintos gustos.
El tiempo compartido en familia también es una fuente de conflictos, ya que cuanto más tiempo pasen juntos más roces pueden ocurrir y es importante saber gestionarlos para que un malentendido no acabe en un conflicto enquistado.
Ahí entra en juego la parte preventiva de la mediación, en la que se pueden acordar previamente determinados aspectos que se puede preveer que van a generar dificultades en la convivencia y aclarar las situaciones antes de que pasen a mayores.
Conflictos en comunidades de vecinos
Otra fuente de conflictos en vacaciones que generan bastantes mediaciones son las comunidades de vecinos, y más con la situación de pandemia actual.
Generalmente, en un año sin pandemia los vecinos y vecinas se enfrentan a decisiones sobre el uso de espacios comunes en las urbanizaciones, las mascotas que pasan horas desatendidas en los pisos haciendo ruido mientras sus dueños están fuera, los ruidos de otras personas ya sean propietarias o inquilinas.
Además, hay complejos de viviendas que en estas fechas tienden a decidir la forma de afrontar los gastos que supone hacer uso de la piscina, contratar servicio de socorrismo, seguridad privada o jardinería de cara a la época estival.
Conflictos por locales junto a las viviendas
También se producen trastornos causados por locales junto a las viviendas, ya sean por ruidos de las personas que hacen uso del local, por la salida de humos de las cocinas o por la acumulación de personas a las puertas de este fumando o charlando.
Conflictos por los pisos de alquiler turístico
Los pisos de alquiler turístico vienen siendo un motivo recurrente en mediación, ya que en ocasiones las personas propietarias de las viviendas las alquilan y se desentienden del uso que se haga de las mismas, la actitud de ocio y disfrute que adoptan en ocasiones las personas que ocupan estas viviendas chocan con las necesidades de descanso del resto del vecindario.
Conflictos generados por la pandemia
Además, en época de pandemia deben decidirse si se abrirán las piscinas comunitarias y de qué forma se hará uso de estas, si se distribuyen por horas, por días, por bloques, etc.
Del mismo modo se tendrán que tomar decisiones sobre la apertura de locales sociales o chiringuitos situados en el interior de las urbanizaciones.
El pasado año durante la pandemia se establecieron bastantes acuerdos en relación a estos aspectos, incluso sobre el uso que podían hacer los vecinos y vecinas de espacios comunes como azoteas o garajes comunitarios para hacer deporte y otras actividades durante el confinamiento.
Es importante anticiparse a este tipo de conflictos para evitar consecuencias negativas posteriores. Para ello, una tarea a cumplir es pasar por un proceso de mediación en las vacaciones familiares y poder disfrutar de unas buenas vacaciones.
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