De todos y todas es sabido una vieja frase que oíamos en nuestras familias que decía: “los trapos sucios se lavan en casa”. Y así es, desde mis comienzos como mediador fui consciente de que esta “medicina” llamada mediación, es fundamental y está especialmente prescrita cuando se trata de conflictos familiares, ya que las relaciones continuarán en el tiempo y perduran tras un conflicto en el seno de la misma.
Por eso pretendo con este breve post, reivindicar algo que ya sabemos, pero que nunca debemos olvidar los mediadores, ya que el origen de esta maravillosa profesión en España y Europa, está en la mediación familiar. De ahí el primer referente que conocemos de la Recomendación Europea de 1998. No olvidemos nunca que promovía la mediación pero con apellido: familiar. Debemos pensar cómo la mediación puede ayudar en conflictos familiares: ya sea en los clásicos conflictos ya de crisis matrimonial (separaciones, divorcios o nulidades) o los más novedosos de búsqueda de la familia de origen de niños adoptados o el cuidado de las personas mayores, ahora que se está invirtiendo la pirámide con menos nacimientos y más longevidad.
La importancia de la familia en la sociedad
Decía Albert Einstein que “en los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Hoy en día, la familia sigue teniendo un importantísimo rol en la sociedad y no solo en ello, sino que los mediadores y mediadoras más antiguos todos procedemos de la mediación familiar, donde la imaginación adquiere formatos extraordinarios, en nosotros y en las familias que tienen que inventar y ser flexibles ante las situaciones que les pone la vida por delante.
Lo que si es cierto que el concepto de “familia” podemos decir que está en crisis, no desde un punto de vista negativo, sino desde un cambio social: la reducción del núcleo familiar, la aparición de lo que se le llaman “nuevas familias”, el mencionado envejecimiento de la población y por tanto la reducción de nacimientos. Y también porque no, La situación laboral actual del matrimonio, la distribución de tareas sigue gravando a la mujer, la disminución de la duración de los matrimonios, así como el retraso del calendario nupcial o también la integración de grupos familiares provenientes de la inmigración.
Y si nos vamos a los datos fríos que nos ofrecen las estadísticas, casi 3 millones de personas viven solas y 2 de cada 10 hogares son unipersonales
En el año 2022 existieron 156.000 separaciones o divorcios (300 diarias)
Sin olvidarnos de una lacra social: La violencia doméstica supone hoy en día supone uno de los principales problemas del país por delante del paro o la inmigración.
La pregunta por tanto es ¿es necesaria o imprescindible la mediación familiar? Evidentemente la respuesta es rotunda: si.
La mediación familiar como base
Tenemos que prepararnos para vivir en paz, sin conflictos, aunque es un proceso complejo ya que el conflicto es una realidad de la vida humana inevitable. Pero lo que si es evitable son las luchas continuadas y destructivas que terminan con relaciones. Para ello no hay otro método y cuyo principio básico es: hacer partícipe de la solución del conflicto a las partes enfrentadas
Lo difícil es entender que ambas partes pueden tener algo de razón y, sobre todo porque en los conflictos familiares se presentan diversas formas de abordarlo; hay quien insulta, amenaza o impone y quien crea una burbuja aparentando normalidad. Pero no tengo ninguna duda que los resultados que estamos obteniendo desde finales del siglo pasado (parece hace muchos años y son poco más de 20 años de mediación familiar) hemos gestionado con éxito: situaciones de crisis, relaciones paterno-filiales deterioradas, situaciones de acogimiento, tutela y adopción, particiones hereditarias y situaciones de empresas pequeñas que en gran medida son empresas familiares. Incluso otras mediaciones como las derivadas de los Servicios Sociales , por situaciones de familias con problemas específicos de drogas, inmigración, reclusos, menores en conflicto social, conflicto escolar, etc.
Fundamentos de la mediación
En definitiva un campo de actuación que requiere de un esfuerzo importante, basado en los verdaderos fundamentos de la mediación:
- El derecho de las familias a su autodeterminación
- La Imagen de apoyo y cooperación que debemos dar los mediadores
- La escucha reflexiva que ayudará a acuerdos estables
- La necesidad de Invitarles a generar la mayor parte de soluciones
Y me gustaría terminar con la verdadera imagen de nuestra función en este tipo de mediaciones, mencionando cuáles serían nuestras funciones de la forma más creativa posible y que a buen seguro los mediadores familiares se verán reflejados:
a) El mediador debe de moderar las exigencias de las partes (ser moderador)
b) Comprobar la receptividad a la mediación y analizarla (ser analistas)
c) Reducir la hostilidad entre las partes (ser pacificador)
d) Ofrecer sumarios de opiniones y matizar los avances (ser recopilador)
e) Traducir los diferentes enunciados de las partes en la negociación (ser traductor)
f) Alentar y ayudar a las partes allegar a un acuerdo (ser animador)
g) Saber conducir correctamente la disputa (ser diplomático)
h) Neutralizar los aspectos negativos de la negociación ( ser cable de tierra)
i) Guiar y mantener el clima emocional (ser monitor)
j) Educar a las partes en la negociación (ser instructor)
k) Asistir al alumbramiento del acuerdo (ser asistente al “parto”)
l) Crear ilusión de una mejora en las partes utilizando técnicas no descubiertas por los mismos (ser mago)
m) Abrir el álbum de la realidad familiar y ver lo positivo y negativo (ser fotógrafo de la realidad)
Conoce todos los detalles sobre la mediación familiar aquí.