La custodia y el uso de la mediación en conflictos familiares.

Cómo la mediación puede ser una alternativa efectiva a los procesos legales en casos de divorcio, separación o disputas sobre la custodia de los hijos

Cuando pensamos en mediación, pensamos en mediación familiar en primer término y es que, sin duda, es el espacio por excelencia donde la gestión de conflictos debe desplegar sus efectos con un protagonismo indiscutible; es más, podríamos afirmar que el mediador profesional va a trabajar mucho más cómodo que el juzgador pues analiza elementos que no son de naturaleza jurídica y que pertenecen a la esfera privada de la vida de los protagonistas del conflicto. En concreto, vamos a analizar esas ventajas que la mediación plantea en el escenario de los procesos legales de divorcio, separación o conflictos respecto a la custodia.

La primera cuestión que debemos entender es que el trabajo en mediación para estos asuntos ofrece respuestas integrales, es decir, la gestión de conflictos en mediación “fabrica” respuestas en forma de acuerdos que pueden y deben abordar todos los elementos que son importantes para las partes, incluso cuando no tengan naturaleza jurídica (sirva como ejemplo la inclusión en acuerdos de mediación de comportamientos para con los hijos por acuerdo de los partes que pueden incluirse en un potencial acuerdo de mediación y que sería de difícil encaje en una sentencia judicial de naturaleza familiar).

custodia

Esa respuesta integral se complementa con el modo en el que nace el acuerdo, es decir, las partes se sienten protagonistas de los pactos alcanzados y por ello, el grado de cumplimiento del acuerdo se potencia notablemente; es interesante dar relevancia a los acuerdos alcanzados en mediación para este tipo de asuntos pues lo normal, es que tanto separaciones como divorcios donde hay menores, requieran de revisiones y cambios futuros por necesidades de los menores. La mediación ofrece la posibilidad de que los acuerdos prevean revisiones en atención al cambio de circunstancias y necesidades de los menores con la celebración de nuevas reuniones en mediación para tratar esas cuestiones sobrevenidas.

No podemos dejar atrás la inmediatez con la que las partes tratan en mediación cuestiones que requieren respuestas inmediatas; pensemos en el cuidado de los hijos, en el pago de hipotecas o alimentos o en los períodos vacacionales que no pueden estar a expensas de señalamientos judiciales con plazos tan lejanos en el tiempo. Es el mediador el que pregunta en el inicio de la mediación qué les preocupa a las partes desde el primer minuto y elabora una agenda de trabajo dando prioridad a los elementos que para ellos resultan prioritarias (al final el profesional se vale de herramientas de jerarquización e intereses que persiguen este fin).

custodia

Esto sí, trabajar en mediación estos asuntos requiere de un compromiso de las partes respecto a la colaboración e información que se utilizará en el proceso, es decir, para que la mediación tenga sentido y eficacia la información que las partes aporten al procedimiento debe ser real y cierta porque de no ser así, el acuerdo potencial no será viable o estabilidad quedará en tela de juicio.

A modo de conclusión, en estos espacios de trabajo en mediación conseguimos que las partes sean protagonistas del conflicto que tiene una naturaleza eminentemente privada y por ende, las soluciones que se ofrezcan deberían tener ese origen pues la esfera público de resolución de conflictos no llega a conocer de determinadas realidades que sólo conocen las partes.

El conocimiento en mediación familiar abre las puertas hacia un futuro lleno de entendimiento, armonía y soluciones. ¡Estudia con pasión y conviértete en el agente de cambio que las familias necesitan! Reserva tu plaza en la Escuela Internacional de Mediación.

Deja un comentario