Al igual que los camaleones en la naturaleza cambian por completo su apariencia para adaptarse a cualquier medio en el que se encuentren, hay personas a las que su extrema inseguridad las lleva a camuflarse en la sociedad para sentirse aceptadas o integradas.
Pero ¿qué ocurre cuando estas personas utilizan este mercantilismo emocional donde disimulan sus verdaderos sentimientos y pensamientos haciendo una distorsión intencionada de la realidad en perjuicio de sus hijos e hijas?
- Qué nos encontramos
En muchas ocasiones en las intervenciones de Coordinación de Parentalidad nos encontramos con progenitores, padres o madres con los que vamos a poder trabajar. Son aquellos que en muchas ocasiones no actúan adecuadamente, pero qué si se les dice que sus hijos o hijas están sufriendo, son capaces de escuchar, hacer autocrítica, mirar más allá de sus necesidades, poner el foco de nuevo en sus hijos e hijas y darse cuenta que su actitud dificulta el correcto desarrollo y el bienestar psicoemocional de sus hijos.
Pero en otras ocasiones nos vamos a encontrar con padres y madres con los que difícilmente podremos trabajar sin el apoyo y medidas judiciales necesarias. Son aquellos que manipulan e instrumentalizan a sus hijos e hijas. No actúan adecuadamente y son conscientes, pero sus necesidades, sed de venganza hacia su expareja y sus carencias afectivas tienen más prioridad que el bienestar de los menores.
Lo mismo va a ocurrir con los Camaleones sociales, personas que a menudo son altamente tóxicas para el adecuado desarrollo psicoemocional de los menores.
- Cómo podemos detectarlos desde la Coordinación de Parentalidad
- Estas personas suelen tener un perfil narcisista y mostrar una falsa colaboración y es con estos con los que deberemos tener cuidado de no caer en sus manipulaciones y poder evitar así que nos instrumentalicen.
- Suelen instrumentalizar a los profesionales (peregrinaje profesional). Van de uno a otro buscando aliados y es frecuente que cuando les llevamos la contraria y no se sienten apoyados, los padres o madres manipuladores nos pasen al “lado oscuro” y que nos vean como enemigos.
- Hablan con todo el mundo para crear su imagen (ingeniería social), por lo que va a ser importante que el otro progenitor contrarreste esto y que advierta a todo el entorno, tanto social como sanitario.
- Suelen caer en contradicciones cuando se les confronta con la realidad y en numerosas ocasiones su lenguaje no verbal no acompaña su discurso, o este destaca por las fabulaciones (normalmente dirigidas en forma de acusaciones sin fundamento hacia la expareja) o por llamativas tergiversaciones de la realidad.
- Los camaleones sociales utilizan como comodín el abuso de la justicia, instrumentalizándola como hacen con todo, llegando incluso a interponer denuncias por malos tratos o de abusos sexuales carentes de todo fundamento que son archivadas una tras otra pero que sin embargo les son útiles para conseguir sus pretensiones.
- No reparan en la vulneración de los derechos ni en el bienestar de sus hijos e hijas porque no son capaces de mirar más allá de ellos mismos, algo que coloca a los menores que están a su cargo en situaciones de riesgo a las que debemos prestar atención.
“Para los camaleones sociales todo vale, llegando a perder su dignidad, sus principios y valores con tal de alcanzar sus pretensiones y de sentirse ganadores”.
- Respecto a los hijos e hijas suelen utilizar un lenguaje adultizado, un discurso aprendido, llegando a utilizar en muchas ocasiones conceptos jurídicos (escenarios prestados). En ocasiones hablan en plural, mostrando una alianza dirigida con el progenitor (padre o madre) que los manipula y anula.
A medida que la manipulación y la instrumentalización avanza, el sometimiento emocional al que están expuestos estos menores es cada vez mayor por lo que es fundamental hacer una prota detección de este tipo de abuso o maltrato psicoemocional.
Para ello es necesario desde la Coordinación de Parentalidad, contar con profesionales especializados y competentes que sepan detectar a tiempo este tipo de maltrato, no miren para otro lado y que intervenganadecuadamente si queremos realmente garantizar la protección de los menores y evitar males futuros.
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