Los derechos de la infancia en centros de internamiento: ¿cómo garantizarlos?

Los derechos de la infancia en centros de internamiento: marco normativo y garantías. El sistema de justicia juvenil tiene como principio fundamental la protección y el desarrollo integral de los menores que cumplen medidas en centros de internamiento. Este modelo se basa en un enfoque educativo, orientado a la reinserción social y al cumplimiento de los derechos fundamentales de los adolescentes que forman parte del sistema.

En este artículo, abordaremos el marco legal que regula estos derechos, los principios que guían su aplicación y las medidas que garantizan el bienestar de los menores internados, asegurando que el proceso de intervención se realice de acuerdo con los estándares normativos vigentes.

Un marco normativo que protege los derechos de los menores

Los derechos de los menores en centros de internamiento están regulados por diversas normativas nacionales e internacionales que establecen garantías específicas para su bienestar y desarrollo.

Legislación nacional

La Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores (LORPM), establece que las medidas privativas de libertad deben tener una finalidad educativa y orientarse a la plena integración social del menor. Esta norma garantiza que el internamiento se realice en un entorno seguro y estructurado, donde se respeten los derechos fundamentales de los adolescentes.

En desarrollo de esta ley, el Reglamento aprobado por el Real Decreto 1774/2004, de 30 de julio, especifica los derechos y deberes de los menores en los centros, así como los principios que deben regir su atención. Entre los aspectos fundamentales que regula, destacan:

  • Derecho a la educación y formación profesional, asegurando la continuidad del aprendizaje y el acceso a programas de capacitación laboral. Aquí puede ver el código deontológico del educador.
  • Derecho a la asistencia sanitaria, incluyendo la atención médica, psicológica y especializada cuando sea necesario.
  • Derecho a la comunicación y visitas, para mantener el vínculo con la familia y el entorno social.
  • Derecho a la participación en la vida del centro, fomentando un ambiente de convivencia basado en el respeto y la integración.
  • Garantías en los procedimientos disciplinarios, asegurando que cualquier actuación dentro del centro respete el principio de legalidad y los derechos del menor.

Referencias internacionales

La normativa española está alineada con tratados y convenciones internacionales que establecen estándares de protección para los menores en sistemas de justicia juvenil. Entre ellos, destacan:

  • Convención sobre los Derechos del Niño (1989): establece que cualquier medida adoptada respecto a los menores debe atender al principio del interés superior del niño y garantizar su bienestar y desarrollo integral.
  • Reglas de Beijing (1985) y Reglas de La Habana (1990): recogen principios de justicia juvenil, promoviendo que las medidas privativas de libertad se apliquen con una orientación educativa y respetando los derechos de los adolescentes en el proceso.
  • Directrices de Riad (1990): fomentan programas de prevención y promoción de oportunidades para los menores en conflicto con la ley, asegurando un enfoque inclusivo y restaurativo.

Garantías para el bienestar y la educación de los menores

El funcionamiento de los CIMI se estructura en torno a una serie de garantías que permiten el desarrollo personal, educativo y social de los menores.

Programa educativo adaptado

Los centros de internamiento aseguran la continuidad del proceso educativo de los menores, integrándolos en programas escolares y formativos adaptados a sus necesidades. Se fomenta la adquisición de competencias y habilidades que favorezcan su integración en la sociedad.

Intervención socioeducativa

El enfoque educativo de los CIMI permite que los menores participen en actividades orientadas a su desarrollo personal y social. A través de programas individualizados, se promueve la adquisición de habilidades para la vida, el fortalecimiento de valores y la preparación para la vida en comunidad.

Apoyo psicológico y sanitario

Los menores cuentan con asistencia médica y psicológica, garantizando su bienestar físico y emocional. Se implementan programas de intervención y seguimiento para ofrecer un acompañamiento adecuado a cada caso.

Actividades de ocio y tiempo libre

El desarrollo de actividades recreativas, deportivas y culturales contribuye al bienestar de los menores y favorece su proceso educativo. Estas iniciativas promueven hábitos saludables, fomentan la convivencia y fortalecen habilidades sociales.

Mantenimiento de los vínculos familiares y sociales

Se garantiza el derecho a la comunicación con familiares y tutores legales, facilitando las visitas y el contacto regular para reforzar el apoyo social del menor y favorecer su integración posterior.

Principios de actuación en los CIMI

El modelo de intervención en los centros de internamiento se basa en una serie de principios que garantizan una atención integral a los menores:

  • Individualización: cada menor recibe una atención ajustada a sus necesidades y circunstancias personales.
  • Educación y formación: eje central de la intervención, asegurando que los menores adquieran conocimientos y habilidades para su futuro.
  • Participación: los menores son parte activa en su proceso de intervención, promoviendo su autonomía y responsabilidad.
  • Intervención interdisciplinar: los equipos educativos, psicológicos y sociales trabajan de manera coordinada para ofrecer una atención integral.
  • Reinserción social: todas las medidas adoptadas buscan facilitar la integración del menor en la sociedad una vez finalizada la medida.

Los centros de internamiento de menores infractores cumplen una función esencial dentro del sistema de justicia juvenil, proporcionando un entorno estructurado que permite el desarrollo educativo, personal y social de los menores. Gracias a un marco normativo sólido y a la aplicación de principios educativos y restaurativos, se garantiza el respeto a los derechos de los adolescentes internados, asegurando su formación y preparación para la vida en sociedad.

A través de una intervención especializada, con enfoque educativo y social, los CIMI contribuyen a que los menores que han cometido una infracción puedan aprovechar esta etapa como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal. ¿Te gustaría especializarte en el trabajo con menores en riesgo de exclusión social? ¡Infórmate sobre nuestro Posgrado en Intervención con Menores!

Deja un comentario