Creatividad en mediación: ¿Misión imposible o estrategia?

Hoy vamos a hablar de las principales herramientas para una mediación real y exitosa; para ello, debemos establecer cuál es nuestro principal objetivo en un proceso de gestión de conflictos a través de mediación y debemos anticipar que el principal objetivo de todo mediador es que las partes recuperen el control sobre el conflicto.

Control en mediación

En muchas ocasiones, se plantea como objetivo de un proceso de mediación que las partes lleguen a un acuerdo y, sin embargo, en mediación el principal objetivo del mediador o del equipo de mediadores debe ser que las partes recuperen el control sobre el conflicto a través de todas las tareas que se van a desarrollar en el epicentro de cada reunión de trabajo.

Todas las herramientas y todos los instrumentos de los que el mediador se va a dotar, deben ser enfocados a que las partes protagonicen la gestión del conflicto.

  1. En primer lugar, debe proporcionar a las partes herramientas suficientes para que consideren que todo lo que ocurra en el proceso de mediación sea consecuencia de su trabajo
  2. En segundo lugar, debe aplicar técnicas y herramientas que permitan que aquel problema que para las partes era ingobernable se convierte en una ocupación y no en una preocupación.
  3. Con el proceso de mediación debemos conseguir que el grado de protagonismo del mediador vaya disminuyendo conforme el proceso de mediación avance y alcanzar en una fase final, que el mediador sea un mero espectador del esfuerzo y del trabajo de las partes. Si no conseguimos que el grado de protagonismo de nuestros clientes aumente no habremos conseguido uno de los objetivos esenciales en todo proceso de gestión de conflictos.
Creatividad en mediación para promover el protagonismo de las partes y mostrar el avance en el caso. ¡Te lo contamos!

Principios en mediación

Todo este esfuerzo debe construirse amparado en dos principios profesionales de trabajo en mediación generales: el principio de funcionalidad y el principio de participación activa. Estos dos principios persiguen que las partes filtren todas las decisiones que se tomen dentro del proceso de mediación tanto en contenido como en procedimiento. Así el principio de funcionalidad va a permitir que el mediador evalúe todas las tareas que se desarrollen en el marco de cada reunión, es decir, el mediador fijará objetivos para cada una de las tareas que formen parte de la agenda de trabajo y con ello, conseguirá evaluar tras su finalización cada una de las sesiones que se produzcan en el caso de mediación.

También será muy importante que el mediador muestre a las partes la necesidad imperante de un avance continuo en el caso, es decir, en cada reunión habrá que proponer puntos nuevos de trabajo para la siguiente sesión y cerrar puntos que se hubieran propuesto en una reunión anterior. Con ello estamos consiguiendo que el cliente en mediación tenga una sensación de avance continuo y sobre todo, el mediador va a conseguir promover el grado de protagonismo de las partes y ello traerá como consecuencia directa, posibilitar que las partes recuperen el control sobre el conflicto.

Creatividad en mediación

Por tanto, podemos concluir que son dos aspectos muy importantes para definir unas buenas prácticas en mediación: promover el protagonismo de las partes y mostrar el avance en el caso de mediación, y generar un trabajo dinámico y fresco que haga que las partes se encuentren motivadas. Esta motivación permitirá que las partes entren en un proceso creativo que ayude a generar nuevos escenarios de solución para el problema que trajeron a la mesa de mediación y así, crear soluciones que hasta ahora las partes no contemplaban y conseguir uno de nuestros objetivos fundamentales en el trabajo de gestión de conflictos a través de mediación.

2 comentarios en «Creatividad en mediación: ¿Misión imposible o estrategia?»

  1. Excelentes recordatorios para quienes trabajamos en la gestión de conflictos a través de la mediación. A veces nos sucede que, en el afán de avanzar en le proceso, perdemos de vista la planificación que nos permite utilizar en forma funcional las herramientas de que disponemos. En mi opinión, esa planificación que también llamamos agenda, no es limitante sino que justamente ayuda a impulsar espacios creativos para que las partes, que son los verdaderos protagonistas del caso, puedan repensar con nuevas perspectivas el conflicto que actúen como disparadores de posibles nuevos caminos de cara al futuro. Definitivamente la creatividad funcional es una habilidad imprescindible para el profesional en mediación.

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